Meter el tiempo en el encuadre

Como fotógrafos, nuestras materias primas son la luz y el tiempo. Gracias a la tecnología con la que creamos nuestras imágenes, estamos obligados a considerar cuidadosamente el tiempo en nuestro proceso. Por supuesto, la primera e inmediata consideración es la velocidad de obturación, que es la captura medida en duración. Pero tan importante como durante cuánto tiempo capturamos un momento 1/250 o 1/1000 de segundo, por ejemplo es qué momento elegimos para capturar nuestra imagen.

Duración

Dependiendo de la duración del tiempo que usemos para la captura nos ofrece

la capacidad de expresar o insinuar el paso del tiempo en la imagen. La velocidad de obturación no es solo un método para crear la exposición correcta de la imagen sino para crear una fotografía que diga exactamente lo que queremos que diga y que transmita la sensación que deseamos. Repensar el papel de la velocidad de obturación y sus efectos estéticos puede influir profundamente en las imágenes que creas. El gran secreto es hacer elecciones deliberadas en el tiempo de exposición.

Esto nos sirve para recrear el ambiente y la sensación de crear fotografías más potentes de personas y lugares. Por ejemplo de pie en un frecuentado cruce, el trafico que pasa en una borrosidad infinita.

Las velocidades de obturación lentas captan esa borrosidad y el caos mientras que una velocidad rápida congela la acción.

Supongamos que estás fotografiando rituales que incluyen agua. Puedes elegir probar

una velocidad de obturación lenta y después una rápida y decidir después si la sensación de misterio que expresa con la captura lenta es más adecuada para la forma en que experimentó ese momento que una tomada a 1/500 de segundo, que congeló el agua que caía. Ambas pueden gustarte por diferentes motivos pero es innegable que las dos dicen cosas diferentes. Ser conscientes no solo el papel que juega el tiempo sino también de cómo queremos que se vea la imagen final nos permite colocar el elemento del paso del tiempo dentro del encuadre.

EL BARRIDO FOTOGRÁFICO

El barrido es una estupenda forma de insinuar movimiento o el paso del tiempo pero no es una de esas técnicas fáciles. El secreto para un buen barrido está en la práctica, pero vamos algunos consejos para conseguirlo.

La clave del barrido es una velocidad de obturación de lenta que te permita captar más movimiento por ejemplo entre 1/30 y 1/50 de segundo pero depende de la velocidad con la que venga el sujeto.
Debemos usar números f altos si hacemos el barrido de día.
Usar el enfoque manual pero antes hago foco sobre el lugar donde estará el sujeto.
El barrido consiste en un seguimiento suave del sujeto en movimiento y considero que la mejor forma de hacerlo es tomar una postura amplia de piernas, colocadas en posición en la que termine el barrido. Comenzando el barrido con una ligera torsión pero terminamos en forma natural.
Escoger un fondo adecuado y que nos guste.
Practica, practica y practica.

DESPACIO ES SUAVE Y SUAVE ES RÁPIDO

Conoce tu cámara tan bien como para poder cambiar los ajustes sin tener que sacar el ojo del visor, o mejor aún, sin tener que pensar en donde están los botones.Quitarte la cámara de la cara para cambiar el ISO, la apertura, el punto de enfoque es un método seguro para perderte la foto.

Lleva la cámara a la cara y con los ojos abiertos ve si puedes encontrar los controles sin mirar.

¿Puedes cambiar el ISO sin bajar la cámara? ¿Y la apertura? ¿La velocidad de obturación? ¿El modo de enfoque? ¿El punto de enfoque? Tómate tu tiempo.